Por David Goldman, John Towfighi y Alicia Wallace, CNN
Las acciones de EE.UU. se dispararon este lunes después de que los principales funcionarios de comercio del presidente Donald Trump lograran una desescalada sorprendentemente dramática en las tensiones comerciales con China durante el fin de semana, reduciendo los aranceles a niveles mucho más bajos, lo que algunos economistas dicen que podría evitar una recesión en EE.UU.
El Dow cerró al alza con 1.161 puntos, o 2,81 %. El S&P 500 en general ganó un 3,26 %, y el Nasdaq Composite, con un peso tecnológico, se disparó un 4,35 %. Los tres índices principales registraron sus mayores ganancias en un solo día en más de un mes.
“La fuerte recuperación del mercado hoy refleja las inesperadamente positivas noticias sobre aranceles”, dijo Keith Lerner, estratega en jefe de mercado en Truist Advisory Services, en una nota del lunes. “Muchos inversores no estaban posicionados para este resultado, lo que llevó a un importante aumento del mercado”.
El Nasdaq, que había entrado en un mercado bajista el 4 de abril, cerró con más del 20 % por encima de su nivel más bajo de este año, saliendo de su mercado bajista y marcando el comienzo de un nuevo mercado alcista. (Un aumento del 20 % desde un mínimo reciente generalmente marca un mercado alcista.)
Ha sido una rápida recuperación en las últimas semanas para el Nasdaq, aunque el índice sigue cayendo alrededor del 3,1 % este año.
Las acciones de EE.UU. el lunes borraron firmemente todas sus pérdidas desde el anuncio comercial del “Día de Liberación” de Trump el 2 de abril, que impuso un arancel del 10 % prácticamente sobre todos los bienes que ingresan a Estados Unidos y estableció aranceles significativamente más altos en docenas de países. Trump pausó la mayoría de esos aranceles solo unos días después de que entraran en vigor, pero aumentó los impuestos a la importación sobre China, eventualmente hasta el 145 % de la mayoría de las importaciones chinas.
A su vez, China aumentó los aranceles sobre los bienes de EE.UU. al 125 %. La guerra comercial de represalias había detenido efectivamente el comercio entre los dos países, arriesgando aumentos significativos de precios y escasez.
Trump y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, habían dicho en las últimas semanas que los aranceles sobre China habían crecido a niveles insostenibles y que era necesario un distensionamiento. Pero pocos creían que el resultado de las discusiones entre Bessent, el representante de Comercio de EE.UU. Jamieson Greer y sus homólogos chinos en Ginebra este fin de semana sería tan significativo.
Ambas partes acordaron eliminar los aranceles en 115 puntos porcentuales, dejando los gravámenes considerablemente más altos que donde estaban antes de que Trump asumiera el cargo en enero, pero mucho, mucho más bajos que el nivel histórico del último mes que preocupaba profundamente a las empresas, consumidores, economistas e inversores estadounidenses.
“Nadie tenía estas bajas tasas de aranceles de China en sus tarjetas de bingo”, dijo Jeff Buchbinder, estratega jefe de acciones en LPL Financial, en un correo electrónico. “Esta es una gran sorpresa positiva”.
Otro elemento clave de las discusiones: Bessent dijo que EE.UU. y China habían implementado un mecanismo para evitar aumentar los aranceles mutuamente, sugiriendo que lo peor de la guerra comercial puede estar detrás de nosotros.
Trump dijo lo mismo durante una conferencia de prensa el lunes. Al preguntarle si los aranceles sobre las exportaciones chinas volverían al 145 % si hubiera un desliz en las negociaciones comerciales, Trump dijo: “No”.
“No, pero subirían sustancialmente más” que la tasa del 30 % durante la pausa, dijo. “Creo que tendremos un acuerdo, de todos modos”.
La desescalada de los aranceles entre EE.UU. y China reduce aún más los riesgos de recesión global, dijo Henry Allen, estratega en Deutsche Bank, en una nota a los inversores el lunes por la mañana.
“La resiliencia del mercado en sí está haciendo que una recesión sea menos probable al suavizar las condiciones financieras”, escribió. “Y los responsables de políticas tampoco quieren una recesión o agitación en el mercado, como vimos con la extensión de 90 días a los aranceles recíprocos”.
Como resultado, Wall Street celebró el lunes por la mañana. Los inversores mostraron un mayor interés por activos de mayor riesgo, incluidas las acciones. El dólar estadounidense subió un 1,4 % frente a una cesta de monedas. El petróleo estadounidense, que había caído debido a que los inversores temían un vacío de demanda por una recesión global inducida por aranceles, se disparó un 1,52 % a US$ 61,95 por barril. El crudo Brent, el referente internacional, subió un 1,6 4% a US$ 64,96 por barril.
Por el contrario, los inversores vendieron activos de refugio, como el oro, que cayó un 2,7 %. Los bonos del Tesoro estadounidense también cayeron, enviando el rendimiento a 10 años de nuevo por encima del 4,45 %. Los precios de los bonos y los rendimientos se mueven en direcciones opuestas. El yen japonés cayó un 2 % frente al dólar.
El Índice de Volatilidad CBOE, el indicador de miedo de Wall Street, se hundió más del 15 % a su nivel más bajo desde finales de marzo. “Codicia” fue el sentimiento que impulsaba los mercados, según el índice de Fear y Greed de CNN. El índice había estado firmemente en “miedo extremo” y “miedo” este año antes de dispararse a “codicia” este mes.
“La caída en los aranceles entre EE.UU. y China, mayor de lo esperado, aunque temporal, y el establecimiento de un marco para continuar las discusiones, es exactamente lo que el mercado de valores esperaba ver”, dijo Carol Schleif, estratega principal de mercado de BMO Private Wealth.
Las acciones tecnológicas fueron las ganadoras particulares del lunes: a pesar de una reciente excepción de EE.UU. para el hardware de los aranceles sobre China, la tecnología había sido sacudida en particular por la guerra comercial entre EE.UU. y China, debido a la relación profundamente entrelazada entre los sectores tecnológicos estadounidense y chino. Apple (AAPL) ganó un 6,3 %, Tesla (TSLA) subió un 6,75 %, Nvidia (NVDA) subió un 5,4 %, Amazon (AMZN) aumentó un 8,1 % e Intel (INTC) subió un 3,55 %.
Las acciones de los fabricantes de bienes de lujo, que habían caído en los últimos meses, repuntaron fuertemente: Hermes subió un 3,5 %, Burberry aumentó un 3,67 % y LVMH se disparó un 7 %.
Los fabricantes de automóviles también repuntaron: el fabricante de Jeep y Chrysler, Stellantis (STLA) subió un 6,5 %, General Motors (GM) aumentó un 4,4 % y Ford (F) subió un 2,6 %.
“El movimiento de riesgo en los mercados sugiere que los inversores no esperaban que un resultado tan positivo llegara tan rápido”, dijo Ulrike Hoffmann-Burchardi, directora de inversiones para acciones globales en UBS Global Wealth Management, en una nota del lunes. “Los inversores ahora se enfocarán en señales de que la solución temporal puede convertirse en un acuerdo duradero”.
Bessent caracterizó el desescalamiento de la guerra comercial que ayudó a negociar este fin de semana con sus contrapartes chinas como difícil, pero respetuoso.
“Fuimos firmes, y avanzamos”, dijo Bessent a CNBC desde Ginebra. “Intentamos identificar intereses compartidos. Venimos con una lista de problemas que estábamos tratando de resolver, y creo que hicimos un buen trabajo en eso”.
Bessent señaló que Estados Unidos estaba negociando desde una posición de fuerza porque China necesita que Estados Unidos compre sus productos más de lo que EE.UU. depende de China para sus exportaciones de bienes. La economía de China está en la cuerda floja, en medio de una crisis inmobiliaria y una emergente crisis de deuda. El consumo de los hogares ha caído, al igual que la producción en fábricas. Este es un mal momento para que China esté lidiando con una guerra comercial paralizante.
“Había visto lo que está pasando en la economía china. Podemos ver lo que está pasando con los envíos a EE.UU.”, dijo Bessent. “Una vez más, somos el país con déficit (comercial). Históricamente, el déficit es una ventaja para un país en las negociaciones”.
Pero, como dice el refrán, nadie gana en una guerra comercial. El sentimiento del consumidor estadounidense se precipitó en picado en los últimos meses, ya que los estadounidenses, cansados de la inflación, se mostraron ansiosos por las perspectivas de precios en aumento y escasez. Los envíos a EE.UU. desde China casi se detuvieron, sacudiendo a las empresas estadounidenses. Y los inversores se preparaban para una recesión, ya que los economistas decían que la economía estadounidense podría verse particularmente afectada por la guerra comercial.
El alto el fuego, aunque bienvenido por Wall Street, consumidores y empresas, representa un cambio notable para una administración de Trump que solo días atrás había dicho que el estancamiento comercial con China era necesario para restaurar el poder manufacturero perdido de EE.UU. Trump había dicho la semana pasada que el comercio cero con China situaba a Estados Unidos en una posición más fuerte, porque eso significaba que ya no estaba “perdiendo dinero” con los chinos.
Sin embargo, Bessent dijo que el acuerdo no representaba un cambio de política importante.
“Esto es solo una pausa”, dijo. “El nivel de aranceles del 2 de abril para China era del 34 %, así que lo hemos bajado del 34 % al 10 %.”
Como siguiente paso en la negociación, EE.UU. se centrará en expandir sus cadenas de suministro para lo que Bessent llamó “necesidades estratégicas”, reduciendo su dependencia de China para bienes como medicamentos críticos, chips semiconductores y acero.
“Lo que realmente queremos es un desacoplamiento para necesidades estratégicas, que no pudimos obtener durante el covid-19”, dijo. “Y nos dimos cuenta de que las cadenas de suministro eficientes no eran cadenas de suministro resilientes. Así que, vamos a crear las nuestras”.
También dijo que EE.UU. buscaría un enfoque más justo para los negocios internacionales. Bessent dijo que el Gobierno de Trump quiere desmantelar “barreras comerciales no arancelarias insidiosas que perjudican a las empresas estadounidenses que intentan hacer negocios” en otros países.
La desescalada de la guerra comercial con China representa una gran victoria para la economía de EE.UU. y el consumidor estadounidense, dijo Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de los Estados Unidos, a Kate Bolduan de CNN el lunes.
Hassett dijo que Trump había logrado concesiones importantes de China y el Reino Unido en sus respectivos marcos recientes para las negociaciones comerciales, anunciados en los últimos días, particularmente al abrir el mercado del Reino Unido a la carne de res estadounidense y potencialmente reduciendo algunas de las barreras que China había impuesto a las empresas estadounidenses que buscaban hacer negocios allí. Y Hassett sugirió que el acuerdo alcanzado durante el fin de semana debería prevenir más problemas con choques de suministro desde China.
“Mucho de eso ya se ha resuelto, el potencial de interrupciones de suministro desde China”, dijo Hassett. “Creo que realmente es un nuevo comienzo histórico en la relación entre EE.UU. y China”.
Pero Hassett dijo que el giro reciente de los acontecimientos no es una contradicción en la política previa de Trump.
“La conclusión es que lo que el presidente Trump estaba diciendo es que si no conseguimos ese buen acuerdo, estaremos bien”, dijo Hassett. “El hecho es que prácticamente no le vendimos nada a China. Estamos comprando muchas cosas de China. Podríamos comprar esas cosas de otros países, o hacerlas nosotros mismos”.
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El Dow se dispara 1.100 puntos después de que el equipo de Trump y China redujeran drásticamente los aranceles News Channel 3-12.
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