Por Deidre McPhillips, CNN
La antigua práctica de salud pública de añadir flúor a los sistemas públicos de agua potable en Estados Unidos se enfrenta a nuevos retos y prohibiciones en algunos lugares, y expertos advierten que este cambio conllevaría costos significativos, tanto para la salud de los niños como para el sistema sanitario.
Un nuevo estudio de modelado, publicado el viernes en JAMA Health Forum, estima que la eliminación del flúor del agua pública en EE.UU. causaría 25,4 millones de caries adicionales en niños y adolescentes en un plazo de cinco años, además de US$ 9.800 millones en costos de atención médica. Al cabo de 10 años, estos efectos se duplicarían con creces hasta alcanzar casi 54 millones de caries adicionales y US$ 19.400 millones en costos.
Eso se traduce en un diente con caries adicional por cada tres niños en EE.UU., pero los costos no se repartirían de manera uniforme, dijo la Dra. Lisa Simon, una médica internista del Hospital Brigham and Women’s y coautora del nuevo estudio.
“Sabemos que las personas que más se benefician del flúor son las que, de otro modo, tienen dificultades para acceder a la atención dental”, dice Simon, que lleva una década investigando las políticas dentales. “Cuando pensamos en esos 25 millones de dientes cariados, es mucho más probable que aparezcan en las bocas de los niños que están asegurados públicamente por Medicaid o que proceden de familias con ingresos bajos”.
El flúor es un mineral que puede encontrarse de forma natural en algunos alimentos y en las aguas subterráneas. Puede ayudar a prevenir la caries reforzando la capa protectora externa del esmalte que pueden desgastar los ácidos formados por las bacterias, la placa y los azúcares de la boca. La adición de flúor a los sistemas públicos de abastecimiento de agua comenzó en Estados Unidos en 1945 y ha sido aclamada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) como una de las 10 intervenciones sanitarias públicas en EE.UU. más importantes del siglo XX.
Según datos de los CDC, en 2022 casi dos tercios de la población de EE.UU. se abastecía de sistemas de agua comunitarios a los que se había añadido flúor. Pero el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. (HHS), Robert F. Kennedy Jr., dijo en abril que pediría a los CDC que dejaran de recomendar la adición de flúor al agua potable pública, y los legisladores de dos estados –Utah y Florida– prohibieron esta práctica este año.
Para estimar los efectos de la eliminación del flúor del agua comunitaria la Dra. Simon y su coautora, la Dra. Sung Eun Choi de la Facultad de Odontología de Harvard, evaluaron los datos clínicos de salud bucodental de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición para crear una muestra nacional representativa de niños estadounidenses.
Al inicio, los datos mostraban que aproximadamente 1 de cada 5 niños de entre 2 y 5 años padecía caries dental, una enfermedad infecciosa crónica que implica deterioro dental y cavidades, junto con más de la mitad de los niños de entre 6 y 12 años y más del 57 % de los adolescentes. Sin embargo, según los investigadores, la eliminación del flúor aumentaría estas tasas de prevalencia en más de 7 puntos porcentuales.
“Es un costo enorme para nuestro país y se puede evitar. No existe un sustituto mejor que el uso del flúor en los programas comunitarios de suministro de agua, que ha demostrado su eficacia y goza de la confianza de los médicos”, dijo en un comunicado el Dr. Brett Kessler, presidente de la Asociación Dental Estadounidense. “Ninguna retórica política o desinformación cambiará el hecho de que una buena salud bucodental depende de una nutrición adecuada, de la higiene bucodental y de un agua óptimamente fluorada, o de suplementos de flúor si los programas de agua comunitarios carecen de flúor”.
En la campaña electoral del pasado otoño, Kennedy calificó el flúor de “residuo industrial” y afirmó que la exposición al mismo ha provocado una amplia variedad de problemas de salud, incluido el cáncer, afirmaciones con las que tanto la Sociedad Estadounidense del Cáncer como los CDC han discrepado. Y en abril, el HHS y la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU. anunciaron que estudiarían los posibles riesgos para la salud del flúor en el agua potable, una revisión centrada en un estudio gubernamental del año pasado que concluía que los niveles más altos de flúor están relacionados con un menor coeficiente intelectual en los niños.
En el nuevo estudio de modelado, los investigadores descubrieron que solo alrededor del 1,5 % de los niños estadounidenses en 2016 estaba expuesto a este nivel excesivo de flúor –considerado superior a 1,5 miligramos por litro– que suponía un riesgo de fluorosis, una afección que deja rayas o manchas en los dientes, u otros daños. Mientras tanto, alrededor del 40 % de los niños estadounidenses tenía acceso a niveles óptimos de flúor que previenen eficazmente la caries –entre 0,6 y 1,5 miligramos por litro–, mientras que alrededor del 46 % tenía acceso a niveles aún más bajos.
Los autores del nuevo estudio no evaluaron los efectos neurocognitivos del flúor porque, según afirman, “la orientación federal actual no encuentra una asociación” a los niveles utilizados en el agua potable pública. Descubrieron que eliminar el flúor solo ayudaría a prevenir unos 200.000 casos de fluorosis en cinco años.
Según Simon, la caries puede tener muchos significados, pero su modelo detectó casos que probablemente necesitarían al menos un empaste, junto con caries graves que podrían derivar en una endodoncia o una extracción dental, cuyos costos correrían a cargo de las familias, las aseguradoras y el gobierno.
“Hablar de dinero, que es muy importante, es solo una forma de medir ese costo”, dijo Simon. “También es un costo en términos de niños que sufren dolor, niños que no pueden comer, niños que faltan al colegio o que no pueden prestar atención en el colegio porque les duelen los dientes, padres que faltan al trabajo, niños que pierden dientes que se supone que les acompañarán toda la vida, y esos niños que se convierten en adultos mayores que tienen más probabilidades de que les falten dientes con todas las consecuencias para la salud que eso conlleva”.
Las previsiones del nuevo estudio de modelado reflejan las repercusiones reales que se midieron en otras partes del mundo tras la eliminación del flúor del agua potable. Calgary, en Alberta, dejó de poner flúor en el agua en 2011, y un estudio descubrió que los niños de allí tenían más caries que los de las ciudades que mantenían el flúor. Calgary reanudará la fluoración del agua este año.
A Simon le preocupa que los efectos en Estados Unidos puedan ser aún mayores debido a las desigualdades sanitarias, especialmente pronunciadas en el sistema de atención dental.
“Hemos tenido agua fluorada durante tanto tiempo y ha funcionado tan bien que hemos dejado de apreciar las cosas asombrosas que ha hecho”, dijo. “Cuando algo ha sido un éxito durante 80 años… no sabemos qué niño nunca tuvo una caries porque estuvo expuesto al flúor, y no sabemos qué adultos mayores no llevan dentadura postiza gracias a ello”.
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Eliminar el flúor del agua potable pública podría causar millones de caries más en los niños de EE.UU., estima un estudio News Channel 3-12.
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