Por Esteban Campanela, CNN en Español
Enrique “Kiki “Camarena era un agente encubierto de la DEA que se había instalado junto a su mujer y sus tres hijos en México. Su objetivo era encarcelar a los líderes de los incipientes carteles y detener el flujo de la droga que llegaba a Estados Unidos. En 1985 fue torturado y asesinado en Guadalajara, en manos del cartel liderado por Rafael Caro Quintero. Entre las pertenencias que su familia heredó se encontraban unas esposas que el agente había utilizado durante sus años de servicio. Nadie hubiese imaginado que, 40 años después, serían utilizadas para un último gran arresto.
La familia Camarena lidera una fundación en honor a Kiki, con el objetivo de erradicar el abuso de drogas entre los jóvenes estadounidenses y para “honrar a los héroes fallecidos y a los heridos en la lucha en contra de las drogas ilegales”.
Tras conocerse que Caro Quintero sería juzgado en Estados Unidos, compartieron un emotivo mensaje en las redes oficiales de la fundación:
“Hoy es un día que hemos esperado por mucho tiempo. Cuarenta largos años de espera, preguntándonos y con la esperanza de que finalmente llegaría la justicia. Después de cuatro décadas, la persona responsable de quitarle a nuestro amado Kiki ha sido traída a los Estados Unidos para responder por lo que hizo.
No hay palabras para describir completamente el dolor que hemos soportado: la silla vacía en la mesa, los cumpleaños y las fiestas sin él. La vida que fue robada, no solo de él, sino de todos nosotros que lo amábamos. Hemos vivido con esta pérdida cada día.
Durante 14.631 días mantuvimos la esperanza —esperanza de que este momento llegaría —. Esperanza de que viviríamos para ver la rendición de cuentas. Y, ahora, esa esperanza finalmente se ha convertido en realidad. Aunque ningún tiempo puede borrar el dolor o traer de vuelta lo que perdimos, hoy marca un paso hacia la justicia.
Queremos agradecer a la DEA, a las agencias de aplicación de la ley, a los investigadores y a los funcionarios —tanto en Estados Unidos como en el extranjero—que nunca se rindieron.
Queremos agradecer al presidente Trump por usar el peso de este país para lograr lo que pensamos que nunca ocurriría. Gracias a todos los que han trabajado en este caso durante 40 años. No los conocemos a todos, pero por favor sepan que tienen el más profundo agradecimiento y aprecio de nuestra familia.
A aquellos que han estado a nuestro lado, nos han apoyado, han celebrado con nosotros la Semana de la Cinta Roja (nota del editor: programa en contra del abuso de drogas) y nos han acompañado en los momentos más oscuros —nuestra familia extendida, amigos e incluso extraños que han compartido nuestro duelo— estamos eternamente agradecidos”.
El brutal asesinato de Kiki Camarena significó el comienzo del fin del cartel de Guadalajara. Rafael Caro Quintero comenzó a ser buscado por la justicia. Se escondió en Costa Rica, pero fue capturado y extraditado a México. Fue condenado a 40 años de prisión, hasta que en 2013 un tribunal estatal anuló el juicio. Quedó en libertad por poco tiempo, porque un tribunal federal ordenó su captura. Entonces, volvió a darse a la fuga. Esta vez, consiguió eludir a la ley durante varios años. En 2016, desde la clandestinidad, otorgó una entrevista a la revista Proceso donde admitió haber estado en el lugar de la muerte del agente estadounidense, pero negó haberla ordenado. Finalmente, en 2022 fue apresado. En medio de un operativo de la Marina de México, un perro lo encontró escondido entre unos matorrales.
Para la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), la muerte de Camarena marcó un antes y un después. En un comunicado oficial del organismo, Derek Malts, administrador interino, resumió ese sentir:
“Rafael Caro Quintero. Caro Quintero, un jefe de cartel que desató violencia, destrucción y muerte en Estados Unidos y México, ha pasado cuatro décadas en la lista de fugitivos más buscados por la DEA, y hoy podemos decir con orgullo que ha llegado a Estados Unidos, donde se hará justicia. Este momento es extremadamente personal para los hombres y mujeres de la DEA que creen que Caro Quintero es responsable de la brutal tortura y asesinato del agente especial de la DEA Enrique ‘Kiki’ Camarena. También es una victoria para la familia Camarena. Hoy se envía un mensaje a cada líder de cartel, a cada traficante, a cada criminal que envenena nuestras comunidades: tendrás que rendir cuentas. No importa cuánto tiempo tome, no importa cuán lejos corras, la justicia te encontrará”.
Durante sus 11 años como agente, Enrique Camarena recibió dos Premios de Desempeño Superior Sostenido, un Premio de Logros Especiales y, póstumamente, el Premio de Honor del Administrador, el reconocimiento más importante del organismo.
Uno de los tres hijos de Kiki, Enrique Camarena Jr., es juez de la corte suprema del condado de San Diego, en California desde 2014. En un mensaje grabado con motivo de la celebración de la semana de la Cinta Roja, un programa en contra del abuso de drogas creado tras la inspiración que despertó su padre, así lo recordaba:
“El nombre de mi padre era Enrique Camarena, el mismo que el mío. Él es un héroe estadounidense. Murió por su país. Y, aunque tal vez no lo sepan, tuvo un impacto en sus vidas o en las vidas de sus hijos. Su muerte cambió el rumbo de cómo Estados Unidos trata a aquellos que traen drogas ilegales al país. Mi padre era un agente de la DEA. Yo tenía 11 años cuando mi papá fue asesinado”.
Enrique Camarena Jr. fue quien entregó las esposas de su padre a un exagente de la DEA para que fueran trasladadas a Nueva York.
Caro Quintero ingresó encadenado al juzgado donde se decidirá su destino. Vistiendo un uniforme de prisionero azul, el llamado “narco de narcos” requirió de un intérprete durante su presentación ante el tribunal. Se declaró inocente de los cargos de los cuales se lo acusa. El metal que rodeaba sus muñecas estaba intervenido por un grabado muy especial: “Camarena”.
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Con información de Krecyté Villarreal, Mark Morales, Sebastián Jiménez y Gustavo Valdés
Kiki Camarena, Caro Quintero y el arresto de las cuatro décadas News Channel 3-12.
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