Por Zachary Cohen, Katie Bo Lillis y Natasha Bertrand
El Pentágono ha presentado a la Casa Blanca opciones de tamaño pequeño, mediano y grande para el desarrollo de la “Cúpula Dorada”, la visión del presidente Donald Trump de un escudo antimisiles de vanguardia que pueda proteger a Estados Unidos de ataques de largo alcance que probablemente costará cientos de miles de millones de dólares, según diversas fuentes familiarizadas con los planes.
Se espera que Trump anuncie su opción preferida, y su precio, en los próximos días, una decisión que, en última instancia, marcará el camino a seguir para la financiación, el desarrollo y la implementación del sistema de defensa antimisiles espacial durante los próximos años.
Cualquier opción que elija Trump, no será barata; se han asignado US$ 25.000 millones en el presupuesto de defensa del próximo año para el sistema, pero la Oficina de Presupuesto del Congreso ha estimado que Estados Unidos podría tener que gastar más de US$ 500.000 millones, a lo largo de 20 años, para desarrollar una “Cúpula Dorada”.
El proyecto también representará un gran beneficio para los contratistas privados, ya que el Gobierno no podrá construirlo por sí solo, con empresas como SpaceX de Elon Musk compitiendo por contratos altamente lucrativos relacionados con el sistema.
El Departamento de Defensa “ha desarrollado un borrador de arquitectura y plan de implementación para un sistema ‘Cúpula Dorada’ que protegerá a los estadounidenses y a nuestra patria de una amplia gama de amenazas globales de misiles”, declaró a CNN el portavoz principal del Pentágono y asesor principal, Sean Parnell.
“El secretario de Defensa y otros líderes del Departamento se han reunido con el presidente para presentarle opciones y esperan anunciar el camino a seguir en los próximos días”, añadió Parnell.
Una parte clave del plan de implementación será el nombramiento de un gerente de programa con reporte directo, también conocido como el “zar de la ‘Cúpula Dorada’”, quien podrá supervisar el desarrollo y despliegue de este sistema altamente complejo, según tres fuentes familiarizadas con las conversaciones.
El general Michael A. Guetlein, subjefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial de EE.UU., está siendo considerado para el puesto, según las fuentes, señalando que se trata de un general de cuatro estrellas con experiencia en la adquisición de sistemas de defensa antimisiles y capacidades espaciales emergentes.
Por ahora, sin embargo, aún existe mucha incertidumbre en torno a la “Cúpula Dorada” y su diseño final.
Otra persona con conocimiento directo de las opciones afirmó que el sistema abarcaría en última instancia unos 100 programas, muchos de los cuales ya se encuentran en el Departamento de Defensa o en desarrollo. El único aspecto “completamente nuevo” sería la capa de comando, control e integración de la arquitectura, añadió.
“Hay muchas variantes de cómo podría ser esto”, afirmó un alto funcionario del Congreso familiarizado con los planes propuestos por el Pentágono.
Un escudo antimisiles integral es un concepto que Estados Unidos ha perseguido durante décadas, pero nunca se ha materializado debido a deficiencias tecnológicas y de costo.
Trump ha insistido repetidamente en que Estados Unidos necesita un programa de defensa antimisiles similar a la Cúpula de Hierro de Israel, pero los sistemas difieren enormemente. En la práctica, la comparación es menos entre cuestiones dispares como manzanas y naranjas, y más entre elementos totalmente disímiles como manzanas y portaaviones.
El sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro de Israel protege selectivamente zonas pobladas de amenazas de corto alcance en un país del tamaño de Nueva Jersey; Trump busca un sistema de defensa antimisiles espacial capaz de defender a todo Estados Unidos de misiles balísticos e hipersónicos avanzados.
La Agencia de Inteligencia de Defensa publicó recientemente una evaluación no clasificada titulada “Cúpula Dorada para Estados Unidos”, que subraya cómo adversarios estadounidenses como China, Rusia, Irán y Corea del Norte pueden atacar territorio estadounidense con una variedad de misiles balísticos, misiles de crucero de largo alcance, bombarderos y misiles hipersónicos.
La decisión política fundamental de Trump se centra principalmente en las capacidades de próxima generación para defender a Estados Unidos contra misiles balísticos intercontinentales (ICBM) o amenazas hipersónicas, añadió el funcionario del Congreso, señalando que es evidente que la “Cúpula Dorada” requerirá un importante esfuerzo de investigación y desarrollo. El desarrollo de un sistema tan complejo requerirá el establecimiento de una red de agencias gubernamentales y contratistas privados, cuya composición aún no está clara en esta etapa inicial, según informaron varias fuentes familiarizadas con el proceso de planificación.
SpaceX se encuentra entre las empresas que compiten por un papel en el desarrollo de la cúpula y ha informado a funcionarios de Trump sobre una posible colaboración con otros dos contratistas: Anduril y Palantir, según informaron a CNN dos fuentes familiarizadas con las conversaciones. Las tres empresas han presentado propuestas directamente al secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien ha indicado que desea lo que venden, según una de las fuentes.
Contratistas de defensa y empresas tecnológicas de alto perfil han estado compitiendo por una porción del pastel desde la victoria electoral de Trump en noviembre.
Y la campaña de cabildeo se ha intensificado desde que el presidente emitió un decreto en enero que ordena a Hegseth presentar en un plazo de 60 días opciones para el desarrollo de la “Cúpula Dorada”.
La propiedad de Musk de SpaceX, sumada a su proximidad con Trump, ha irritado a los demócratas, quienes han instado al inspector general del Departamento de Defensa a investigar la participación del multimillonario tecnológico en el proceso. de adjudicar contratos relacionados con la cúpula.
Sin embargo, algunos funcionarios de defensa, expertos de la industria y fuentes del Congreso han defendido la posible participación de SpaceX en la “Cúpula Dorada”. Una fuente señala que la compañía ya ha demostrado experiencia en el desarrollo de la capacidad de la capa de sensores que necesitará el sistema de defensa antimisiles.
“Así que, sí, SpaceX es probablemente el principal contendiente, pero es la única empresa legítima disponible para esto en este momento”, declaró la fuente a CNN.
Se espera que el proceso de contratación sea competitivo y se lleve a cabo a través de la Unidad de Innovación de Defensa.
En un momento en que el Pentágono busca recortar presupuestos, el Gobierno de Trump ha ordenado a los funcionarios militares que garanticen que la financiación futura de la “Cúpula Dorada” se refleje en las nuevas estimaciones presupuestarias para 2026, según informaron varias fuentes a CNN.
Por ahora, los legisladores se han comprometido a realizar un “pago inicial para la ‘Cúpula Dorada’” como parte de su proyecto de ley de reconciliación, según el funcionario del Congreso, destinando US$ 25.000 millones del presupuesto de defensa del próximo año a satélites, sensores e interceptores espaciales, e infraestructura de lanzamiento.
“Si nos fijamos en las asignaciones, tenemos US$ 7.200 millones solo para el desarrollo, la adquisición y la integración de sensores espaciales”, señaló el funcionario. “Y luego hay US$ 5.600 millones para el desarrollo, la adquisición y la integración de la capacidad de interceptores espaciales y de fase de impulso”.
Pero esa financiación sería solo una gota en el océano en comparación con el costo total estimado de desarrollo, implementación y mantenimiento del sistema que Trump ha descrito, según funcionarios de defensa y expertos de la industria.
“Llevo 34 años en este negocio. Nunca he visto una estimación inicial demasiado alta. Es la naturaleza del negocio”, declaró el general Chance Saltzman, jefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial de EE.UU., la semana pasada al ser preguntado sobre la estimación de costos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) durante un evento organizado por Politico.
Si bien los funcionarios de defensa y los ejecutivos de la industria coinciden en gran medida en que pasarán años antes de que un sistema como la cúpula esté completamente operativo, la administración Trump ya tiene el reloj puesto para demostrar que el concepto puede funcionar y justificar la financiación futura del proyecto.
“Una vez que el presidente tome la decisión, ¿cómo la ejecutamos de manera que alcancemos la capacidad operativa inicial lo más rápido posible en estas diferentes áreas que podrían terminar siendo parte oficial de la ‘Cúpula Dorada’ o no?”, declaró el funcionario del Congreso a CNN.
Sin embargo, el proyecto ya ha sufrido al menos un retraso autoinfligido en sus etapas iniciales, según ha podido saber CNN.
Trump había ordenado a Hegseth que presentara opciones para el desarrollo e implementación del sistema antes del 28 de marzo, pero la Casa Blanca no recibió esos planes hasta casi un mes después de la fecha límite original del presidente, según las fuentes.
El retraso inicial, sumado a una disfunción más amplia en el círculo íntimo del secretario de Defensa, ha suscitado nuevas preguntas sobre si Trump debería permitir que otra persona asuma la responsabilidad de supervisar una de sus directivas políticas más ambiciosas y costosas en el futuro, según informaron a CNN dos de las fuentes familiarizadas con las discusiones internas sobre el proyecto.
Incluso antes de que Hegseth incumpliera la fecha límite de marzo, varios miembros del personal del Ala Oeste se habían mostrado frustrados por lo que describieron como una falta de respuesta por parte de sus asesores más cercanos, señalando cómo esto había afectado específicamente a los esfuerzos relacionados con la “Cúpula Dorada”. En un momento dado, hacia el inicio del mandato de Hegseth, la Casa Blanca intentó contactar con su exjefe de Gabinete, Joe Kasper, para que el jefe del Pentágono firmara un memorando que iniciara el proceso de desarrollo, pero el memorando permaneció sin firmar durante tres semanas, según una persona familiarizada con el asunto.
Hegseth ha insistido repetidamente en que la cúpula está “en construcción”, pero el senador Jack Reed, el demócrata de mayor rango en la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado, reafirmó el jueves que el sistema sigue siendo en gran medida solo un concepto en esta etapa.
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