Por Análisis de Chris Isidore, CNN
Los aranceles le están costando miles de millones a los fabricantes de automóviles, pero han significado poco en cuanto a aumentos de precios de vehículos. Si bien eso es bueno para los compradores de automóviles, no es necesariamente bueno para la economía estadounidense.
Los costos se han disparado para las empresas automotrices después de que el Gobierno de Trump impusiera aranceles del 25 % sobre los automóviles importados (casi la mitad del mercado automotriz estadounidense) así como un 25 % adicional sobre los repuestos importados, de los cuales depende cada auto construido aquí.
Los fabricantes de automóviles elevarían los precios en porcentajes de dos dígitos si pudieran, pero parece que la demanda no es suficiente. Y dada la importancia de las ventas de coches para la economía de EE.UU. (se calcula que la industria aporta más del 4 % al PIB total) una demanda débil de autos podría ser otra señal de advertencia de recesión.
“Definitivamente estamos anticipando una desaceleración económica debido a los aranceles”, dijo Erin McLaughlin, economista sénior del Conference Board, una firma de investigación conocida por dar seguimiento a la confianza del consumidor. “Esta es otra forma en que vamos a tener una desaceleración económica”.
Y eso es un control efectivo, aunque algo doloroso, sobre los precios de los automóviles.
“Estamos recibiendo indicadores en este momento de que ninguno (de los fabricantes de automóviles) espera trasladar el costo total de los aranceles a los consumidores”, dijo Jonathan Smoke, economista en jefe de Cox Automotive. “Entienden que este no es un entorno en el que, independientemente de que los precios suban, la gente vaya a seguir comprando”.
La industria automotriz vendió el año pasado 16 millones de vehículos nuevos a compradores estadounidenses, casi la mitad de los cuales fueron importados. Pero ha habido una fuerte disminución en los planes de comprar un vehículo, ya sea nuevo o usado, en los próximos seis meses, según el Conference Board.
Solo el 10,5 % de los consumidores estadounidenses tiene la intención de comprar un auto, y el 2,4 % tiene la intención de comprar un coche nuevo, encontró la firma. Eso es una caída respecto del 13,1 % que quería comprar tan recientemente como en diciembre y el 2,9 % que buscaba uno nuevo.
“Las personas están nerviosas por la inflación y los aranceles, pero también están comenzando a estar nerviosas por la situación laboral”, dijo McLaughlin del Conference Board, explicando la caída en las intenciones de compra de automóviles.
Los fabricantes de automóviles estarán observando para ver si la demanda sigue cayendo, y si hay alguna señal de que la economía de EE.UU. podría caer en una recesión. Esa es una de las peores situaciones para las ventas de autos, y las empresas pueden tener que absorber los costos más altos.
Algunos altos ejecutivos dijeron recientemente a clientes e inversores que los costos elevados no causarán un aumento en los precios de los automóviles. En cambio, esperan menores ganancias, y menores ventas, en los próximos meses.
“Creemos que los precios se mantendrán aproximadamente al mismo nivel que están”, dijo la directora ejecutiva de General Motors, Mary Barra, a Erin Burnett de CNN a principios de este mes.
“Ahora esperamos que los precios de la industria (aumenten), en relación a los aranceles, alrededor del 1 % al 1,5 % en la segunda mitad (del año)”, dijo la directora financiera de Ford, Sherry House, a los reporteros la semana pasada.
Pero incluso sin anuncios de precios, los precios de los automóviles aumentan lentamente.
En abril, el precio minorista sugerido por el fabricante, o “precio sugerido”, superó los US$ 50.000 por cuarta vez en la historia, alcanzando los US$ 50.408, según Edmunds.
Parte de ese aumento podría deberse al tipo de coche que se ofrece. Los expertos dicen que los aranceles podrían afectar la selección de la que los compradores de coches pueden elegir, debido a que los fabricantes de automóviles están dejando de fabricar modelos menos costosos y, por lo tanto, menos rentables. Además, es probable que los fabricantes de automóviles dejen de enviar tantos modelos importados más baratos a Estados Unidos porque no pueden trasladar el costo aumentado.
Los expertos predicen que los aranceles perjudicarán la oferta total de coches nuevos en Estados Unidos. Y la ley económica de oferta y demanda, establecida hace mucho tiempo, significa que sacar millones de autos de la oferta podría por sí mismo hacer que los precios aumenten.
Los propios fabricantes de automóviles son reacios a llamar la atención sobre cualquier aumento de precios, por el miedo a espantar a los clientes y enfurecer al Gobierno de Trump. Las compañías de automóviles todavía están navegando por las reglas siempre cambiantes de aranceles automotrices que vienen de la Casa Blanca.
Por supuesto, las compañías de automóviles han comenzado a aumentar el precio de algunos modelos. Ford informó a los concesionarios el viernes que aumentaría el precio sugerido de US$ 600 a US$ 2.000 en los tres modelos que importa de México: el Mustang Mach-E, la camioneta Maverick y la camioneta Bronco Sport.
Ford enfatizó que el incremento no se aplica a los vehículos que ya están en inventarios de los concesionarios, y que no trasladará el costo total de los aranceles. Pero sí dijo que esos aranceles eran una razón principal para el aumento.
E incluso los fabricantes de automóviles que dicen que no esperan un gran cambio en los precios de los vehículos en este momento, no prometen mantenerse así a largo plazo.
“Los cambios de precios en nuestra industria son por lo menos mensuales, y a veces con más frecuencia”, dijo recientemente Barra a Burnett de CNN en su entrevista. “Vamos a responder al mercado”.
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